Si algunas fechas son especialmente gozosas de la Gracia Divina esas son los cumpleaños. Me da alegría cumplir años, significa que sigo vivo. También me gusta que cumplan mis mejores. En mi cumpleaños siempre invito a drogas, aunque no pueda tomar mas que pan y agua el resto del mes. Dos de mis mejores cumplen años un día arriba y abajo, y otro justo el mismo día, y también se quedan a pan y agua.
Durante esos días hacemos la Semana Santa de Drogatón, que en realidad dura diez días y cae en Cuaresma. Abjuré de la Fe Cristiana en el mismo momento que conocí la Verdadera Gracia, la Gracia Anfetamínica. Soy el Fundador de la Iglesia de la Sagrada Familia de las Anfetaminas. No existe casta ni estamento que acapare la dispensa de la Comunión ni de la Gracia Anfetamínica, sino que cualquier fiel puede darla y recibirla. Los infieles pueden recibirla pero no darla. Ha habido casos raros de jóvenes que han experimentado la Gracia de manera espontánea. Algunos de los nuestros estaban allí para acercarlos a la Fe.
Cuando es mi cumpleaños yo doy la Sagrada Comunión. Se comulga con éxtasis bajo cualquiera de sus formas, cristal, polvo, cápsula o pastilla, con speed y otras anfetaminas a las que tengamos acceso 2CB, 2CE, DOM, incluso con coca, ketamina, DMT y LSD. El centro del Culto lo constituyen las Anfetaminas. Las demás sustancias son Otras Deidades Químicas. También estamos consagrados a las Plantas Protectoras, que reparan nuestros cerebros del daño causado por el impacto de la Luz Anfetamínica. Algunas de ellas son las setas, la maría y el gingko biloba.
Tras los diez días de Drogatón, nos dedicamos durante un día y una noche a comer verduras y beber zumos, tomar gingko y fumar porros. Luego nos vamos a la cama a fumar opio. Solemos tardar en despertarnos varios días. Entonces, ayunamos por espacio de tres días con sus tres noches. Durante este tiempo solemos meditar sobre la experiencia sacra del Drogatón y tomar notas de lo vivido. Tras ello, ya estamos preparados para volver a nuestras vidas socialmente disfuncionales.
Un Drogatón puede costar miles de euros y millones de neuronas, por eso hay un solo Drogatón al año. Los cultos ordinarios se realizan todos los fines de semana, y la asistencia no es obligatoria. Tampoco lo es la Comunión. Los cumpleaños son atendidos por toda la Comunidad, al igual que los bautizos, bodas y comuniones.
Algunos hermanos comulgan diariamente, mientras realizan actividades como currar, jugar al solitario del ordenador, rascarse costras de heridas, pasear... Siempre con el Sagrado Zumbido acompañándoles. Son los llamados Ascetas de la Anfetamina, son creyentes fundamentalistas que mueren jóvenes por exceso de Comunión, dejando tras de si una vastísima y heterogénea herencia literaria.
Veneramos como Demiurgo Benefactor a Shulghin, que es un ser andrógino de otra dimensión. Sus hijos en la Tierra son Ann y Alexander Shulghin, que han traído al mundo casi todas las Anfetaminas que conocemos y nos llenan de dichoso júbilo. Shulghin es el Padre y la Madre de las Anfetaminas y de todos los seres vivientes que de ellas gozan.
La gente normal no sabe nada de las Anfetaminas, las toman sin precaución y sin observar ritual alguno, por eso la Ira Anfetamínica se lleva a muchos temerarios al Hades. La gente normal apenas encuentra diferencias entre la Metanfetamina y la vulgar cafeína. El único pecado castigado por la Iglesia de las Anfetaminas lo constituye el profanar droga con aditivos dudosos y nocivos sólo para obtener un mayor beneficio.
Amén.
Ciudad Pudridero, año 2004.
Dedicado al Sr Necroanfetamina